Alianzas estratégicas, fundamentales para impulsar una acción climática efectiva
Las compañías trabajan con fuerza para mejorar las circunstancias.
Con 8,000 millones de personas poblando la Tierra y estando este número en aumento, según estudios de la ONU de 2022, resulta evidente que el trabajo colaborativo será la única estrategia por seguir para la humanidad. Nuestro entorno y los recursos que lo componen piden a gritos apoyo eficaz y productivo, mismo que sólo será posible si todas las variables se suman a la ecuación con alianzas estratégicas.
Aunque vamos tarde, si nos comunicamos y colaboramos efectivamente seremos capaces de ver que «hay luz en el horizonte» para alcanzar la mejor versión de nuestra sociedad.
¿Qué puede hacer la industria de alimentos en México y el mundo, puntualmente, para contribuir a la protección ambiental?
Hoy más que nunca, la producción y el consumo en todas las industrias han crecido a un ritmo impactante. Los gastos de los consumidores generan alrededor del 60% del PIB mundial, el cual ha ascendido a más de 48 mil de millones de dólares estadounidenses al año según la OCDE (2022). Incluso, aún si se contemplan las consecuencias de la pandemia mundial de COVID-19, las capacidades industriales de las naciones han demostrado tener una importancia fundamental para la resiliencia.
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Origen y demanda
En el sector de alimentos y bebidas, industria en constante evolución y mejora gracias a la ciencia, la sustentabilidad es la más grande columna de apoyo. Todas las fases del proceso son relevantes y han merecido la atención de las empresas, pues se han requerido reformulaciones de procesos, ingredientes y objetivos.
El origen local y la producción responsable de insumos con la mínima generación de desechos es requisito, al igual que los empaques hechos con materiales que puedan ser reducidos, reutilizados y reciclados. A su vez, la demanda por productos basados en plantas y no en animales va en aumento. Las compañías trabajan con fuerza para mejorar las circunstancias y empatar con estas necesidades.
Antes de hacer referencia a las políticas específicas de cada empresa, cabe señalar una ligera diferencia de términos:
- La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) establece que lo sostenible es aquello que satisface las necesidades de las generaciones presentes y futuras, a la vez que garantiza rentabilidad, salud ambiental y equidad social y económica.
- Se trata de los procesos que buscan un cambio profundo y la calidad que poseen. Lo sustentable, en cambio, se refiere al uso racional de los recursos: aquello que se mantiene por sí mismo.
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Producción sustentable
Sin importar los rasgos de sus productos finales, las compañías del sector alimentario pueden implementar una producción sustentable si se aseguran de contar con rasgos determinados. Sus procesos y sistemas han de procurar ser no contaminantes, conservadores de energía y recursos naturales, económicamente viables, seguros y gratificantes para las y los trabajadores, las comunidades y los consumidores.
Si todo ello se consolida, no hay duda: el entorno, los empleados, las organizaciones y la sociedad en conjunto se verán beneficiados por igual.
El Programa de Apoyo al Abastecimiento Responsable, por ejemplo, es un proyecto conjunto del CIMMYT y la iniciativa privada mexicana que fortalece la conexión entre la naturaleza y las personas a través de la capacitación en agricultura sustentable.
Los productores adoptan mejores prácticas en todas las etapas del proceso, beneficiando tanto al individuo como al entorno. Esta estrategia contribuye al abastecimiento nacional y sustentable en un contexto de crecimiento agrícola y de mercado en México.
Tecnología
La tecnología también desempeña un papel importante en la protección ambiental. En México, iniciativas públicas y privadas han utilizado plataformas como el Sistema Integrado de Monitoreo Agrícola (SIMA) desde 2018. Esta aplicación permite el monitoreo en tiempo real de los cultivos y optimiza los procesos de recolección, siendo especialmente útil durante la sequía de 2022.
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Alianzas estratégicas
La sinergia entre gobiernos, empresas, instituciones académicas y la sociedad civil es esencial para abordar la crisis actual. Los líderes nacionales de diferentes sectores se han unido para liderar la transición hacia economías neutrales en carbono. A través de inversiones, creación de empleo, promoción de la innovación y colaboración en soluciones creativas, se busca abordar los desafíos climáticos de manera efectiva.
Desde hace tiempo, llegó la hora de que empresas, familias e individuos puntualicen sus objetivos climáticos considerándose parte de alianzas estratégicas. Luchemos contra el presentismo que nos ciega: no habremos de esperar para ver lo que pasa, sino apoyarnos de la ciencia y el conocimiento para anticipar, planear y actuar.
Por: Roberto Vázquez Cano, director de Asuntos Corporativos de Kellogg LATAM
