Estar a la vanguardia en lo negocios suele generar una ventaja competitiva para los negocios.
Las siglas ESG hacen referencia a medioambiental, social y gobierno -según su traducción del inglés: environment, social y goverment-, por lo que son criterios que abarcan a esos tres factores principales para evaluar la sostenibilidad de las inversiones.
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Estos criterios derivaron del concepto ‘personas, planeta y beneficios’, surgido en la década de los noventa, que defendía la postura de que los negocios debían centrarse en esos tres factores y no sólo en los beneficios directos.
Así, son criterios que se concentra en el servicio que las empresas prestan a la sociedad y en sus efectos actuales y a largo plazo. La consideración de las tendencias futuras tiene una importancia fundamental, bajo la lógica de que el cambio disruptivo puede tener consecuencias importantes para los beneficios futuros de las empresas y su propia existencia.
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Por ello, son una tendencia que representa una oportunidad para las empresas de obtener ventajas competitivas frente a sus pares. El número de reglamentos y normas centrados en los criterios ESG se ha duplicado en los últimos cinco años, y los inversionistas incorporan cada vez más aspectos no financieros al decidir sus inversiones.
Dentro del panorama nacional las compañías no están obligadas a reportar al respecto. Sin embargo, registros de Merco México indican que cerca del 80% de la representación bursátil de las empresas está basada en intangibles.
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