Contar con una estructura no debe ser sinónimo de rigidez.
Cuando se está trabajando en el nacimiento de un negocio es fundamental evaluar si el modelo seleccionado es viable, a partir de una mirada realista y analítica de las ideas planteadas para su constitución. Por ello, partir del establecimiento de objetivos puede ser un excelente primer paso, que permita delimitar elementos internos.
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Para comenzar a evaluar tu modelo de negocio deberás realizar un trabajo puntual de investigación sobre proyectos similares al tuyo y cómo ha sido su suerte de tal forma que te permita no solo conocer la densidad de tu competencia sino comparar similitudes y diferencias con ella. De la mano de esto, deberá trabajarse con las especificaciones de tu producto o servicio, asegurándote de que le permitirán diferenciarse y sobresalir.
Así, el paso obvio es asegurarse de que la innovación y la creatividad están debidamente contempladas en tu modelo de negocio, como elementos detonadores de crecimiento y éxito. Contar con una estructura no debe ser sinónimo de rigidez.
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Al evaluar un modelo de negocio no se puede pensar únicamente desde el interior de la empresa, se requiere de un perspectiva amplia que alcance a comprender su pertinencia con el sector consumidor al que se dirige. Por lo que en cierta medida, el producto o servicio debe contar con característica pensadas para los potenciales clientes y no pretender encontrar a estos clientes para lograr ventas.
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