Un descubrimiento reciente sorprendió al mundo de la arqueología. Un estudiante, al analizar datos de una investigación de 2013, descubrió por accidente una ciudad maya desconocida en Campeche, México.
La ciudad, llamada Valeriana, se compone de más de 6,600 estructuras antiguas, incluidas pirámides, que permanecieron ocultas bajo la densa vegetación tropical de la zona.
El hallazgo fue posible gracias a la tecnología de detección por láser conocida como LIDAR (Laser Imaging Detection and Ranging), que permite mapear terrenos ocultos bajo la vegetación. En 2013, un equipo de científicos mexicanos utilizó esta técnica para estudiar el carbono en los bosques de Campeche, sin imaginar que sus datos revelarían una gran urbe maya.
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Al procesar esa información con métodos arqueológicos, el estudiante notó lo que otros pasaron por alto: Valeriana, una ciudad que pudo haber albergado entre 30,000 y 50,000 personas en su apogeo, entre los años 750 y 850 d.C.
Un nuevo tesoro arqueológico
Valeriana se perfila como uno de los sitios arqueológicos más grandes de la región, solo superado por Calakmul. Los investigadores encontraron no solo una ciudad urbana, sino una variedad de asentamientos rurales y zonas de cultivo, que muestran la diversidad y complejidad de la civilización maya.
El área donde se ubica Valeriana es parte de las Tierras Bajas Mayas centrales, una región que se extiende por México, Guatemala y Belice. Este hallazgo parece demostrar que las herramientas modernas siguen ampliando nuestra visión sobre las antiguas civilizaciones.
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