Más allá de alimentos deliciosos...
Los negocios en general son un soporte sólido para la economía de un país porque genera impuestos para el gobierno y trabajo para las personas. Sin embargo, los restaurantes cumplen otra función en la sociedad: disminuir la brecha entre clases sociales.
Maxim Massenkoff, profesor de la Escuela de Postgrado Naval y Nathan Wilmers de la Escuela de Administración MIT Sloan, utilizaron datos móviles para rastrear dónde pasan su tiempo millones de estadounidenses. Al comparar los movimientos de las personas con los datos socioeconómicos sobre el lugar donde viven, pudieron ver dónde se mezclan ricos y pobres en cadenas de restaurantes, como Olive Garden, Chili’s y Applebee’s.
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Y es que el aporte de los restaurantes, ya sean independientes, de cadena o franquicia es que logran reunir a una población como no lo puede hacer otra institución pública o privada. No sólo eso, también rompen las desigualdades. De acuerdo con la investigación citada, incluso más que los bares, iglesias, gasolineras, bibliotecas, parques y escuelas.
Detrás de los resultados
Para comprobar si se produce alguna unión dentro y alrededor de los restaurantes, Massenkoff y Wilmers compararon los encuentros en su conjunto de datos con la geografía de las amistades entre clases y descubrieron que están altamente correlacionados. Es decir que si un código postal tiene una cadena de restaurantes, es más probable que sea un lugar donde personas de diferentes estratos y ocupaciones se conozcan.
Y es que la convivencia de clases sociales y sectores sociales es ampliamente promovida por restaurantes de cadena o franquicia.
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