¿Hay elementos que se asemejen remotamente a una crisis de deuda similar a las que experimentamos en el pasado?
Hemos llegado al quinto año del sexenio y, aunque el balance en términos de crecimiento económico e inversión deja mucho que desear, podemos afirmar con certeza que la administración de las finanzas públicas ha sido una de las fortalezas de este Gobierno.
Es cierto que para el 2024 se pronostica el mayor déficit primario desde los años noventa, alcanzando un 4.9% del PIB de 2024. Esto se debe principalmente a la prioridad que el gobierno federal dio a la conclusión de proyectos emblemáticos como la refinería Olmeca y el tren Maya, así como al considerable gasto social que actualmente representa el 13% del PIB.
En días recientes, la pregunta de si habrá una crisis financiera al final del sexenio ha resonado cada vez con mayor insistencia. Nos referimos a las crisis en las que nos despertábamos con devaluaciones repentinas, incremento en las tasas de interés, inflación descontrolada, desempleo en aumento y un crecimiento de la pobreza. La última crisis de esa magnitud sorprendió al recién nombrado presidente Ernesto Zedillo en diciembre de 1994.
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Lo que dicen los factores
Basándonos en los datos macroeconómicos disponibles en este momento, mi punto de vista personal es que no habrá una crisis sexenal en 2024, principalmente debido a los siguientes factores:
- A pesar de que el déficit presupuestario es el más alto en muchos años, no hay elementos que se asemejen remotamente a una crisis de deuda similar a las que experimentamos en el pasado. Existe un equilibrio entre la deuda interna denominada en pesos y la deuda externa denominada en dólares. Recordemos que uno de los principales factores que generaron crisis en el pasado, particularmente en 1982 y 1994, fue el exceso de deuda denominada en moneda extranjera.
- En segundo lugar, a diferencia del pasado, México mantiene un nivel de reservas internacionales en dólares bastante acorde al tamaño de nuestra economía, que actualmente asciende a 203 mil millones de dólares.
- En tercer lugar, la inflación está bajo control y se estima que a finales de 2024 alcance niveles del 3%. Este dato es relevante, ya que indica que existe una política monetaria prudente que se ajusta a una política fiscal razonable.
- El tipo de cambio, que ha demostrado fortaleza en los últimos meses, se mantendrá estable, principalmente debido a la constante entrada de divisas por las actividades manufactureras, el turismo y las remesas enviadas por nuestros compatriotas desde Estados Unidos.
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Para concluir
En resumen, no observamos elementos que indiquen una crisis sexenal. Sin embargo, los economistas ya estamos observando cierta presión sobre las finanzas públicas. Como en una casa, cuando los gastos aumentan, lo mejor es incrementar los ingresos.
Dicho reforma fiscal ya no se llevó a cabo en este sexenio, lo que posterga la necesidad imperiosa de llevarla a cabo a principios del próximo sexenio.
Claro no podemos evitar mencionar que nada es seguro y que en el turbulento mundo financiero actual un cisne negro podría desestabilizar el panorama actual tales como un recrudecimiento de la guerra en Europa, un posible conflicto entre China y Taiwan o tal vez un enrarecimiento del entorno politico en México.
Llevamos cuatro transiciones sexenales sin sobresaltos ni crisis financiera, estamos casi seguros que la de 2024 será una transición más sin crisis sexenal.
Autor: Jimy Cruz Camacho, Partner Transfer Pricing and Valuations en PFK México
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