La carrera más larga para estudiar: dura hasta 12 años
La carrera más larga para estudiar no es Medicina y es que esta carrera tiene como proceso de formación —filosofía, teología y práctica pastoral— puede extenderse hasta 12 años.
La carrera más larga para estudiar suele asociarse con profesiones médicas, pero en esta ocasión el reconocimiento recae sobre el sacerdocio, una formación que puede durar entre 8 y 12 años. Aunque no se clasifica como una carrera universitaria tradicional, su exigencia académica, espiritual y pastoral la convierte en uno de los procesos más extensos del mundo.
Convertirse en sacerdote implica un recorrido que va más allá de aprobar materias: demanda madurez humana, compromiso comunitario y una vocación clara. La duración exacta varía según el país, la diócesis o el tipo de orden religiosa al que se adquiera. En muchos lugares, este camino educativo supera la duración de carreras como Medicina, Derecho o Ingeniería.
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¿Cuánto tiempo dura el proceso formativo para ser sacerdote?
El itinerario hacia el sacerdocio está compuesto por varias etapas:
- Etapa propedéutica: de 1 a 2 años. En este periodo los aspirantes se familiarizan con la vida eclesiástica, forman su espiritualidad y reciben bases académicas y humanas.
- Estudios de filosofía: de 2 a 3 años. Aquí se adquieren herramientas de pensamiento crítico, ética, historia de la filosofía y fundamentos intelectuales necesarios.
- Formación en teología: alrededor de 4 años. Se profundiza en Biblia, doctrina, moral, sacramentos y teología dogmática.
- Etapa pastoral o experiencia práctica: de 1 a 2 años. Los candidatos aplican lo aprendido siendo parte de parroquias, comunidades o ministerios, enfrentando situaciones reales.
- Si pertenecen a órdenes religiosas, también puede incluir un noviciado adicional de 1 o 2 años, dedicado a la vida espiritual intensa, antes de asumir responsabilidades ministeriales.
Con todas estas fases, la duración total puede alcanzar 12 años, dependiendo de los requisitos específicos de cada comunidad y región.
Más que conocimientos: formación integral
La razón por la cual la formación sacerdotal se prolonga tanto radica en su carácter integral: no solo se evalúa el desempeño intelectual, sino también la formación personal, humana y espiritual. Los futuros sacerdotes deben demostrar liderazgo, empatía, humildad y una capacidad de acompañamiento adecuada para servir a la comunidad.
A diferencia de otras profesiones donde la preparación se mide en créditos o titulación formal, el sacerdocio se mide en experiencias vividas, retos personales y crecimiento interior. Por eso muchos seminaristas comentan que más que estudiar, “se vive” el proceso.
En la cultura popular muchos creen que la carrera más extensa es Medicina, pero pocos saben que el camino sacerdotal puede ser aún más prolongado. Esta realidad invita a valorar no solo la duración académica, sino la calidad de la entrega y la transformación personal.
La carrera más larga para estudiar nos enseña que algunos caminos no solo se construyen con conocimiento, sino con entrega, vocación y servicio. Explora más contenidos sobre formaciones poco conocidas y descubre historias que inspiran a mirar más allá del aula.
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