Previamente había pronosticado un crecimiento mundial de 3.0%.
Aunque predecir si ocurrirá una recesión y cuándo lo hará es complejo, existen parámetros que pueden indicarlo. Así, el Banco Mundial (BM) recortó sus pronósticos de crecimiento para 2023, colocándole en niveles al borde de la recesión.
Ello no es ninguna sorpresa, pues desde hace meses han surgido titulares que apuntan a que estamos por vivir una, luego de la pandemia de COVID-19 y el complejo enfrentamiento entre Rusia y Ucrania.
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El BM esperaba un crecimiento del PIB mundial del 1.7 % en 2023, el ritmo más lento desde 1993, fuera de las recesiones de 2009 y 2020. Previamente, en su informe anterior Perspectivas económicas mundiales de junio de 2022, había pronosticado un crecimiento mundial de 3.0%.
Así, proyectó que el crecimiento global en 2024 aumentará a 2.7%, cifra abajo de la estimación de 2.9% para 2022.
Una recesión es una disminución generalizada de la producción, las ventas y el empleo; comienza cuando la economía alcanza su máximo y termina cuando alcanza su mínimo, que entre ambas se encuentra en expansión.
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El panorama que vislumbra la entidad financiera es especialmente complejo para las economías de mercados emergentes y en desarrollo, pues luchan contra las deudas, las monedas débiles y la desaceleración de la inversión empresarial.
Además del BM, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advirtido “un año difícil” para la economía con pronóstico de recesión.
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