Cómo aplicar el marketing del miedo para conectar emocionalmente con tus clientes
El marketing del miedo demuestra que las emociones, especialmente el temor, pueden impulsar la acción del consumidor. Desde campañas de Halloween hasta estrategias de prevención o seguridad, las marcas usan el miedo de forma creativa para generar conexión, urgencia y recordación.
Durante años, la publicidad ha entendido que las emociones son el verdadero motor detrás de cada compra. En ese sentido, el marketing del miedo se ha convertido en una herramienta estratégica capaz de despertar atención, acelerar decisiones y fortalecer el vínculo emocional entre marca y consumidor.
Cada octubre, las campañas de Halloween se transforman en un laboratorio de creatividad donde el miedo se convierte en oportunidad.
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Campañas globales que usaron el marketing del miedo

Desde la psicología del consumidor, el miedo actúa como un disparador de acción. Por ende, el miedo es una emoción que nos impulsa a protegernos, tomar decisiones rápidas y buscar seguridad.
Cuando una marca logra canalizar ese instinto, transforma una emoción negativa en una oportunidad comercial. Seis marcas que utilizaron estas estrategias fueron:
- Reese’s
- Wendy’s
- Geely
- Hyundai
- Fanta
- Hong Kong Tourism Board
Estas empresas demostraron que el terror también puede vender, y mucho.
La Reese’s Halloween Door, por ejemplo, combinó tecnología y humor con una puerta robot que entregaba dulces sin contacto, alcanzando más de 4,000 millones de impresiones y 34.5 millones de dólares en ventas.
Por su parte, Wendy’s transformó su autoservicio en una casa embrujada con su Scare-Thru, logrando filas de hasta cinco horas y una respuesta abrumadoramente positiva en redes sociales.
Más allá del susto, estas campañas probaron que el miedo puede ser una emoción rentable cuando se usa con creatividad.

Psicología del consumidor y acción emocional
La explicación psicológica de este fenómeno, es el por ejemplo, el miedo a perder una oferta (“solo por tiempo limitado”) o a quedarse atrás (“última oportunidad”) son formas cotidianas de marketing del miedo.
Pero en fechas como Halloween, este enfoque se convierte en un terreno fértil para explorar la ironía, el humor y la creatividad visual.
El éxito de campañas como “Halloween Thrillers” de Hyundai, que reinterpretó los miedos cotidianos al conducir, o “Halloweenized Hong Kong” de Ogilvy, que transformó toda una ciudad en un parque temático, demuestra que el miedo no solo atrae, también conecta emocionalmente y genera conversación.
Al final, el marketing del miedo no busca asustar, sino activar emociones que lleven a la acción, prevenir, proteger o disfrutar. En manos creativas, el miedo no paraliza, impulsa.
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