¿Consumo consciente? Descubre estrategias para proteger tu bolsillo y el planeta
Profeco y Condusef llaman a las familias mexicanas a practicar un consumo consciente para ahorrar dinero, evitar desperdicios y proteger el medio ambiente con acciones sencillas y sostenibles.
El consumo consciente va más allá de la planificación de gastos, involucra diferentes métodos y estrategias que pueden mejorar tus finanzas personales al mismo tiempo que generan un impacto positivo en el planeta.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) y la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) han lanzado un llamado a las familias mexicanas para fomentar un consumo consciente que no solo proteja el bolsillo, sino también el medio ambiente.
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De acuerdo con datos de la FAO, en México se desperdiciaron más de 90 kilos de alimentos por persona en 2023, lo que equivale a casi dos kilos por semana.
Este mal hábito no solo genera pérdidas económicas, también implica el desperdicio de agua, tierra, energía y otros recursos naturales.
Frente a este panorama, Profeco y Condusef comparten medidas prácticas para fomentar un consumo consciente en la vida cotidiana.
¿Por qué es importante practicar un consumo consciente?
La clave está en equilibrar lo que realmente necesitamos con lo que adquirimos.
Muchas veces, bolsas enteras de frutas y verduras caducan sin ser utilizadas, mientras que ropa, calzado o muebles en buen estado se desechan por simple desuso.
Estas prácticas afectan directamente a las finanzas personales y generan un impacto ambiental significativo.
Optar por un consumo consciente significa planear mejor las compras, identificar lo que verdaderamente se consume con frecuencia y adquirir productos en cantidades adecuadas.
Esto ayuda a reducir el desperdicio y evita compras por impulso.
Estrategias para lograrlo
Profeco y Condusef recomiendan implementar cuatro acciones simples que pueden marcar la diferencia:
- Revisar los residuos del hogar: identificar alimentos, empaques y artículos que se tiran con mayor frecuencia para ajustar hábitos de compra.
- Adoptar productos sostenibles: elegir versiones rellenables de alimentos, higiene personal o limpieza, con repuestos más económicos y menos contaminantes.
- Reparar y reutilizar: prolongar la vida útil de artículos mediante reparaciones o bien donarlos a quienes más los necesiten.
- Usar recipientes reutilizables: termos y botellas evitan los gastos hormiga de bebidas embotelladas y reducen la generación de plásticos.
Más allá de ahorrar dinero, un consumo consciente fortalece la economía familiar, reduce la presión sobre los ecosistemas y promueve una cultura de responsabilidad social.
Cada elección en el supermercado o en el hogar puede ser una oportunidad para cuidar al planeta y, al mismo tiempo, mejorar la salud financiera de la familia.
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