Oro en el mundo: ¿Quiénes controlan las reservas más grandes y por qué importa?
EE.UU., Alemania e Italia encabezan las reservas de oro globalmente; Latinoamérica destaca con Brasil y México.
En un contexto de incertidumbre económica global, las reservas de oro siguen siendo uno de los activos más estratégicos para los bancos centrales. El oro no solo representa un refugio frente a la volatilidad de las monedas y los mercados financieros, sino que también es un símbolo de estabilidad económica y poderío financiero a nivel global.
Los gigantes del oro
Según los datos más recientes de organismos financieros internacionales, Estados Unidos mantiene su dominio absoluto con más de 8.100 toneladas de oro en sus reservas, ubicadas principalmente en Fort Knox y otras bóvedas oficiales. Esta cifra supera con creces a la del segundo lugar, Alemania, que posee alrededor de 3.350 toneladas, seguida por Italia con más de 2.450 toneladas.
El Top 5 global lo completan Francia y Rusia, ambos con más de 2.300 toneladas, mientras que China, con más de 2.200 toneladas, también figura entre los principales acumuladores del metal precioso.
Este grupo de países concentra la mayor parte de las reservas oficiales de oro del planeta — más del 60% — lo que refleja la importancia de este activo como soporte de confianza económica y respaldo de sus monedas.
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La perspectiva del oro en América Latina
Aunque las cifras latinoamericanas son menores en comparación con las potencias económicas, la región también juega un papel relevante en la acumulación de oro.
Brasil lidera la región con 145,14 toneladas, seguido de cerca por México, que reporta 120,14 toneladas en sus reservas internacionales. Más atrás se sitúan Argentina con 61,74 toneladas y Guatemala con 13,02 toneladas.
Para estos países, el oro cumple funciones similares a las del resto del mundo: diversificar las reservas internacionales y protegerse frente a posibles tensiones cambiarias o crisis financieras.
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¿Por qué sigue siendo estratégico el oro?
A pesar de que el sistema financiero moderno ya no se basa en el patrón oro, este metal sigue siendo valorado como activo estratégico. Este metal precioso ofrece seguridad frente a flutuaciones del mercado y puede servir como herramienta de defensa ante escenarios complejos, como inflación elevada, crisis de deuda o depreciación de las monedas.
Los bancos centrales tienden a mantener reservas importantes de oro para reforzar la confianza en sus economías y mitigar riesgos externos, un enfoque que permanece firme incluso en un contexto global cambiante.
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