Este jueves, Liz Truss informó su dimisión como primera ministra británica, tras 44 días de estar en funciones y lanzar un polémico programa económico. Las políticas económicas bajo su administración afectaron a los mercados financieros, elevaron el costo de vida y generaron rechazo entre propios y extraños.
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Frente a la puerta del número 10 de Downing Street, Truss informó su decisión. «No puedo cumplir el mandato para el que me eligieron. He anunciado a su majestad mi decisión de dimitir», dijo Truss. Así, es la cuarta persona en fungir como primer ministro de Gran Bretaña en los últimos seis años.
Puesto que el Partido Conservador tiene mayoría en el parlamento y no necesita convocar elecciones nacionales hasta dentro de dos años, elegirá un nuevo líder el 28 de octubre. De acuerdo con los primeros análisis, al frente de la contienda estaría Rishi Sunak, Penny Mordaunt y hasta el ex primer ministro Boris Johnson, cuya renuncia dio paso a la entrada de Truss.
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Truss había prometido, desde el inicio, recortes de impuestos financiados por el endeudamiento; se vio obligada a despedir a su ministro de Finanzas y aliado político más cercano, Kwarteng, y abandonar casi todo su programa económico.
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