¿Te da miedo que las oportunidades pasen de largo? Este fenómeno, conocido en redes sociales como FOMO, es muy común entre la población joven y podría estar drenando tu cartera. Aquí te decimos todo lo que tienes que saber sobre el FOMO, cómo está afectando a tu economía, y cómo prevenir sus riesgos.
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El término FOMO surgió en redes sociales como una forma de nombrar la ansiedad que te causa perderte de las cosas. La palabra nace de las siglas de Fear Of Missing Out, o miedo a quedarse fuera, una preocupación que millones comparten alrededor del mundo.
El Fear Of Missing Out aparece cuando descubres algo que los demás están haciendo, y sientes la necesidad de incluirte en esa actividad. Esto puede ser desde comprar un producto o entrar en una moda específica hasta realizar un viaje, casarte, realizar una inversión, adaptar tu lenguaje o buscar un trabajo con determinadas características. En general, el FOMO lleva a seguir tendencias que las redes sociales magnifican. Estas tendencias, a su vez, pueden generar grandes gastos.
La desesperación por no sentirse incluido llega a ser tan intensa que puede llevarte a gastos innecesarios e incluso a contraer deudas de todo tipo. Si se lleva al extremo, el FOMO puede ser un detonante de la pérdida de control económico y emocional.
Una de las preocupaciones más grandes que existen en torno al FOMO es que genera ansiedad, depresión y altos niveles de estrés. Estos problemas se ven reflejados más allá de la economía, pues afectan a la sociedad de forma integral, reduciendo la productividad, la satisfacción y la calidad de vida de las personas. Debido a estos graves efectos, el FOMO comienza a ser considerado un asunto de salud pública que debe atenderse con medidas de amplio alcance.
Ante la creciente necesidad de pertenecer a grupos que comparten comportamientos e ideas, el consejo más útil es desarrollar un pensamiento crítico personal. Para salvarse del oleaje del FOMO, conviene preguntarse constantemente por la utilidad de las cosas y la satisfacción que podrán traernos. Frente a una decisión que puede venir del FOMO y no de una necesidad o de un gusto genuino, es conveniente preguntarse: ¿realmente quiero hacer esto? ¿Y por qué debería priorizarlo sobre mi tranquilidad emocional y financiera? Si la respuesta está más relacionada con complacer a otras personas, estamos ante un indicador de FOMO.
¿Tener FOMO podría dejarte soltero para siempre? La psicología tiene la respuesta
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