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Isaac M. Singer, pionero de las franquicias

El inventor, actor y empresario Isaac Merritt Singer (1811–1875) es considerado el responsable de la primera franquicia en el mundo. Seguramente su apellido te es familiar, pues al ser fundador de un gigante de la producción de máquinas de coser, bautizó así a la firma: SINGER.

En 1850 inventó la primera máquina de coser práctica y un año más tarde fue emitida la patente de la primera máquina de coser de la marca SINGER. Así, se le reconoce como la primera persona en manejar el modelo de franquicia; estableció un sistema de licencias para permitir que su producto fuera vendido internacionalmente.

El nacimiento de un inventor

Sobre el origen de este hombre, se sabe que nació en Pittstown, Nueva York (NY), siendo el segundo hijo de Adam Singer y Ruth Benson, quienes se divorciaron cuando tenía 10 años. Así, la lujosa mansión familiar quedó de lado para continuar su vida en Oswego, NY.

En su adolescencia, Isaac Merritt Singer se inició como aprendiz de mecánico, pero encontró su verdadera vocación a los 19 años en el teatro. Así, mezcló ambos mundos y comenzó a desempeñarse en el arreglo de maquinaria y las actuaciones en teatros.

Te puede interesar leer: ¿Qué es una franquicia y qué implica?

La doble vida de Singer

En 1830 conoció a Catherine María Haley, con quien se casó. Seis años más tarde Singer conoció, en Baltimore, a Mary Ann Sponsler, también actriz, quien se convirtió en su agente y amante. Mantuvo las relaciones en paralelo.

Cansado de la realidad que le ofrecía el escenario, se alejó de ellos hasta su primer golpe de suerte. En 1839, consiguió patentar una máquina para taladrar piedras y gracias a las ganancias obtenidas regresó a la actuación y estuvo de gira por cinco años con su propia compañía. Actuaba junto a Mary Ann, quien utilizaba el nombre de Señora Merritt.

Sin embargo, en 1844, deja una vez más las giras y vuelve a dedicarse tiempo completo a ser mecánico en Ohio.

Entre fábricas y patentes

Un par de años después se mudó a Pittsburgh, donde fundó una pequeña fábrica de teclas y señales de madera para el ferrocarril. Así, en 1849, consiguió su segundo éxito comercial: patentó la máquina para tallar madera y metal.

Finalmente, en 1850 se consagra con las mejoras alcanzadas a la máquina de coser de Elias Howe y la fundación de su compañía. Después de 11 días de trabajo y un costo de cuarenta dólares, Isaac Merritt Singer hizo que en lugar de que el aparato siguiera un movimiento circular, se moviera hacia adelante y hacia atrás en línea recta.

Por lo anterior, en agosto de 1851 salió a la venta el modelo Singer. Howe lo acusó de infringir el uso de la patente, pero pese al conflicto, vendió sus productos en los cinco continentes hasta mediados del siglo XX.

Marcia

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