El dueto tecnología-internet está activando un nuevo modelo de consumo también llamado economía colaborativa en el que los usuarios ofrecen o adquieren bienes y servicios. El desarrollo de este tipo de negocio va en crecimiento exponencial y destaca el consumo responsable que genera.
Los involucrados en la economía colaborativa participan de una transacción en la que los servicios son considerados bienes de intercambio. En este modelo es viable afirmar que el dinero no es el único valor de cambio al realizar alguna transacción.
En la práctica, la economía colaborativa aplica tanto para particulares como para negocios que actualmente operan bajo este modelo. Por otro lado, al considerar la relación entre necesidad y producto se detectan 4 tipos:
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Consumo colaborativo
Se establece el contacto mediante plataformas digitales para el intercambio de bienes y productos.
Conocimiento abierto
Permiten y promueven la difusión del conocimiento sin restricción legal
Producción colaborativa
Facilita la interacción de los usuarios para contribuir a la gestión de emprendimientos, facilitación de servicios o elaboración de productos.
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Finanzas colaborativas
Engloba donaciones, préstamos, microcréditos o el llamado crowfunding que se define como un modelo de financiación en el que se aporta capital de manera desinteresada.
Es así como la tecnología incentiva la economía colaborativa mediante la práctica de intercambio, cooperación y consumo de bienes y servicios entre particulares.
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