Foto de Tim Mossholder en Unsplash
En el marco del Día de las Madres, demos un vistazo a los desafíos y oportunidades laborales que enfrentan las madres en nuestro país. Y es que la maternidad representa un momento crucial , pero no debería ser una barrera para su crecimiento profesional.
En un país donde siete de cada diez mujeres en edad laboral son madres, es esencial abordar cómo la sociedad y las empresas pueden apoyarla para prosperar tanto en su vida personal como en sus carreras laborales.
De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo en México, las mujeres embarazadas y madres trabajadoras tienen derechos específicos que garantizan su protección en el ámbito laboral.
Esos derechos incluyen la protección contra actividades laborales que representen un peligro para su salud durante el embarazo y el periodo de lactancia, así como un descanso de seis semanas antes y después del parto.
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De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el 58% de las mujeres que trabajan lo hacen en la informalidad, lo que implica que carecen de acceso a prestaciones laborales básicas como seguridad social y vacaciones pagadas. Este porcentaje se incrementa significativamente con el número de hijos.
En contraste, madres profesionales del sector formal perciben salarios más altos y disfrutan de mayores beneficios laborales. El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) estima que incluir a más mujeres en el mercado laboral podría agregar hasta 3.5 billones de pesos adicionales al Producto Interno Bruto del país para el año 2030, representando un aumento significativo en la productividad y la actividad económica.
Según datos de México Cómo Vamos, la población femenina en México representa el 51%, pero las mujeres solo constituyen el 40.6% de la fuerza laboral activa. Esto se relaciona con la persistente brecha salarial, donde las mujeres ganan aproximadamente un 13.15% menos que los hombres por el mismo trabajo.
Dicha disparidad se atribuye en parte a las responsabilidades domésticas no remuneradas que recaen desproporcionadamente en las madres, limitando su disponibilidad, dedicación y aprovechamiento de oportunidades laborales de trabajo remunerado.
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Para abordar estos desafíos, se requiere una combinación de políticas públicas y apoyos empresariales. La implementación de programas de cuidado infantil accesibles y flexibles, así como políticas laborales que promuevan la igualdad de género y el equilibrio entre el trabajo y la vida familiar, son esenciales para apoyar a las madres trabajadoras.
El futuro del desarrollo profesional de las madres en México depende en gran medida de cómo la sociedad y las empresas puedan adaptarse para ofrecer un entorno laboral más inclusivo y equitativo.
La flexibilidad laboral, el acceso a servicios de cuidado infantil de calidad y la eliminación de barreras estructurales son clave para permitir que las madres puedan alcanzar su máximo potencial tanto en el hogar como en el trabajo.
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