Cada noviembre, millones de consumidores esperan con ansias las grandes rebajas del Buen Fin y el Black Friday, dos eventos que marcan el inicio de la temporada de compras navideñas. Aunque muchos comercios suelen elegir entre uno u otro, participar en ambos puede ser la clave para maximizar las ventas, fortalecer la presencia digital y atraer diferentes tipos de clientes.
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El Buen Fin, creado en México como una iniciativa para incentivar la economía interna, suele celebrarse a mediados de noviembre y se enfoca principalmente en el consumo local. Por otro lado, el Black Friday, de origen estadounidense, ocurre una semana después y atrae la atención global por sus descuentos agresivos y su impacto en el comercio electrónico.
Unir ambos eventos permite aprovechar dos oleadas de consumo con públicos y comportamientos distintos, pero complementarios. Veamos por qué esta estrategia puede marcar la diferencia para negocios grandes y pequeños.
El Buen Fin ha demostrado ser un motor para el comercio nacional. Según datos de la Canacope, este evento impulsa el flujo económico y beneficia especialmente a los pequeños comercios que buscan darse a conocer o liquidar inventarios antes de fin de año. Sin embargo, el Black Friday, con su enfoque internacional, atrae a consumidores digitales más familiarizados con las compras en línea, lo que amplía el alcance del negocio hacia un público más joven y conectado. Participar en ambos significa diversificar el tipo de cliente y aumentar la ventana de ventas, extendiendo la temporada de ofertas durante casi dos semanas completas.
Además, sumarse a ambas fechas permite equilibrar la estrategia: el Buen Fin sirve para conectar con consumidores locales y generar confianza, mientras que el Black Friday impulsa el reconocimiento de marca y las conversiones digitales, especialmente si el negocio tiene tienda en línea o presencia en marketplaces internacionales.
Durante noviembre, la búsqueda de ofertas se dispara en Google, redes sociales y tiendas online. Al participar en ambos eventos, las empresas duplican sus oportunidades de aparecer en los resultados de búsqueda y captar tráfico orgánico. Muchas marcas aprovechan esta temporada para lanzar campañas publicitarias conjuntas, optimizando su inversión digital. Una estrategia bien planificada puede mantener la atención del consumidor activa durante todo el mes, primero con el Buen Fin y después con el Black Friday, reforzando la presencia de la marca justo antes del Cyber Monday.
Además, las métricas publicitarias y de conversión obtenidas en el Buen Fin sirven como referencia para ajustar la estrategia del Black Friday, permitiendo optimizar anuncios, precios y mensajes promocionales.
Unir ambas campañas mejora tanto la visibilidad, como la fidelización. Los consumidores tienden a volver si perciben continuidad en las promociones o beneficios adicionales. Por ejemplo, ofrecer descuentos exclusivos a quienes compraron durante el Buen Fin puede impulsar el regreso de clientes en el Black Friday.
Asimismo, prolongar el periodo de ofertas incentiva un mayor ticket promedio, ya que los clientes suelen aprovechar para adelantar regalos, renovar productos o adquirir artículos complementarios.
Sumarse tanto al Buen Fin como al Black Friday significa planificar de manera inteligente. La clave está en diferenciar las promociones de cada evento y crear experiencias de compra fluidas y atractivas, tanto en tienda física como digital.
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